Las FARC-EP mantienen iniciativa en provecho hacia la paz en Colombia
Por Narciso Isa Conde
Cincuenta
años de lucha y sacrificio no serán tirados al basurero de una falsa
democracia que encubre un prolongado régimen de terror e injusticias.
En el centro de las propuestas de las FARC-EP y de las fuerzas democráticas y transformadoras de ese hermano país está el proyecto de una nueva Colombia y de una paz con democracia, soberanía y justicia social.
Informo al país, al pueblo dominicano, a nuestros camaradas y amigos/as… que regresé recientemente de Cuba luego de intercambiar durante una semana en la ciudad de La Habana con los/as integrantes la Delegación de Paz de las FARC-EP para tratar sobre los diálogos sostenidos entre las partes colombianas, la situación de nuestros países, el proceso latino-caribeño y la situación mundial… en mi condición de Coordinador de la Presidencia Colectiva del Movimiento Continental Bolivariano-MCB y de dirigente del MOVIMIENTO CAMAÑISTA-MC y de la IZQUIERDA REVOLUCIONARIA-IR de la República Dominicana.
Es mi tercera visita a Cuba con esos fines y es la tercera vez que se realiza este tipo de conversaciones, respaldadas por largos años de amistad y consecuente solidaridad política y humana. Por la parte colombiana participaron los comandantes Iván Márquez, Jesús Santrich y Carlos Antonio.
La perspectiva de paz en Colombia y la salida política al conflicto social armado es un tema de expectativa continental y mundial, por lo que me parece oportuno plasmar en este aquí mis apreciaciones al respecto, luego de nutrirme de nuevas informaciones y nuevos análisis sobre ese complejo y trascendente proceso:
Voluntad de paz
1.-La voluntad de paz de las FARC-EP quedó reafirmada en el curso de estas conversaciones. Su vocación en esa dirección es firme, persistente y se ha acrecentado en gran medida como resultado de su fortalecimiento en el terreno político, cultural y militar; fortalecimiento empleado como factor transformador en el contexto de la agenda de la MESA DE DIALOGO de la Habana, convertida en agenda nacional a través de innumerables foros, luchas y debates realizados en territorio colombiano con la participación de una gran diversidad de actores sociales, políticos y culturales.
En esa misma dirección apunta el EJERCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL-ELN.
En consecuencia, estoy convencido que no será por culpa de las fuerzas insurgentes que eventualmente podría ser entorpecido el camino hacia la paz emprendido en este ocasión.
Más bien estas fuerzas y la extraordinaria movilizaciones civiles a cargo de los movimientos políticos y sociales pro-paz, libertades y derechos sociales, han debilitado cada vez más la resistencia de la extrema derecha guerrerista, terrorista, pro-intervencionista-pentagonista, que encarna el uribismo (partidarios del expresidentes Uribe Vélez). Estas fuerzas del cambio mantienen a la vez bajo presión las ambigüedades, dobleces y maniobras tramposas del Presidente Santos.
TODAS LAS AMENAZAS CONTRA ESTOS DIALOGOS PROCEDEN DE ESAS DOS DERECHAS, CAVERNÍCULA UNA Y SINUOSA Y ENDULCURADA LA OTRA, LAS CUALES COMPITEN Y SE RETROALIMENTAN ENTRE SÍ: UNA ACTUANDO CON EL PROPÓSITO DE DINAMITAR LOS DIÁLOGOS DESDE FUERA Y FRUSTRAR LA PAZ EN MARCHA; Y LA OTRA CON EL INTERÉS DE CONVERTIRLOS EN RUTA DE CLAUDICACIÓN DE LA INSURGENCIA, A CAMBIO DE UNA RIESGOSA Y PRECARIA LEGALIDAD ELECTORAL O, EN OTRAS PALABRAS, EN ESCENARIO DE FRÁGILES Y MEDIATIZADOS ACUERDOS.
De mi parte no albergo dudas: las FARC-EP han actuado con gran entereza y capacidad propositiva, demostrando ante el mundo que ni se rinden ni se doblan, sabiendo perfectamente diferenciar los tiempos de sus metas de largo alcance y los tiempos de sus objetivos inmediatos; sin contraponerlos, prestas a cambiar en lo posible el país, sin desmovilizarse y sin renuncias políticamente costosas.
Acuerdos y salvedades congeladas
2.-Si los acuerdos alcanzados en los tres primeros puntos de la agenda (Tierra-reforma agracia/ Participación Política/ y la Cuestión de las Drogas) son muy valiosos para el presente y el futuro de Colombia –y así lo aprecian los dirigentes de FARC-, en verdad las diez salvedades pendientes (puntos congelados por desacuerdos) en cada uno de los dos primeros temas y las tres salvedades anotadas en el tercero, por su trascendencia no podrán ser obviadas en el acuerdo final y han quedado freezadas, pendientes todavía de soluciones consensuadas en el marco de un proceso en el de entrada se convino en que “nada podía darse por aprobado hasta que todo fuera definitivamente acordado”.
Las salvedades pendientes se refieren al destino de un alto porcentaje de propiedades campesinas sin titular, a la praderización de tierras aptas para cultivos de alimentos, al impacto negativo del latifundio privado; a los bio-cultivos para la exportación, la introducción de los transgénicos, la descampenización y sus graves efectos sobre la seguridad alimentaria y la soberanía; a la relación entre uso de suelos, explotación del subsuelo y el destino del sobresuelo, a la posesión y al uso del territorio en su conjunto, a las políticas sobre la minería extractiva depredadora, al reordenamiento territorial en función de la voraz expansión del capital transnacional y a la reconfiguración espacial del capitalismo que agreden gravemente el medio ambiente, las fuentes de agua y el equilibrio ecológico.
Se refieren a la oposición oficial a la Constituyente participativa, popular y soberana, a reformas políticas de profundidad, a cambios sustanciales en favor de los derechos individuales y colectivos, y a las transformaciones democráticas en instituciones civiles y militares.
Las FARC-EP han propuesto que si en la MESA no se llega a acuerdos sobre esas salvedades, se proceda a dirimirlas en la ASAMBLEA CONSTITUYENTE previamente concertada, en la que además se refrendarían todos los acuerdos.
Temas actualmente en discusión sobre la mesa y más allá
3.- En la actualidad se está tratando el tema cuatro que versa sobre las VÍCTIMAS DEL CONFLICTO y SOBRE LA HISTORIA DE LA VIOLENCIA. A la vez se avanza el tema cinco sobre el FIN DEL CONFLICTO, que incluye la “dejación de armas”.
A) Sobre el tema de las víctimas todavía no hay conclusiones ni está claro el posible desenlace.
Las intenciones del gobierno de convertirlo en un espacio para la criminalización de líderes de las FARC y el ELN, para la preservación de la impunidad del Estado, de la clase dominante y de la intervención de EEUUU, y para la imposición de una llamada “justicia transicional”, obstruyen y dilatan el necesario esclarecimiento de las causas estructurales y de las responsabilidades reales en la violencia sistémica, que todas maneras se abren paso hasta en los encuentros con las víctimas del conflicto seleccionadas de una manera un tanto segadas.
En ocasión del reciente encuentro con las victimas, los testimonios -incluidos los de las supuestas víctimas de la insurgencia- incriminan fundamentalmente al ejército regular, a los paramilitares y a los gobiernos de turno en masacres, represiones, torturas y represiones grotescas, sin que aparezcan testimonios consistentes contra el accionar militar de las FARC.
Aprecio que la insurgencia, si bien aceptaría examinar cualquier descontrol o exceso no voluntario, que cometido en el curso de la guerra irregular haya podido afectar inmerecidamente población civil o a personas al margen del conflicto, rechaza categóricamente el pérfido propósito oficial de ocultar la verdad histórica y culpar de la violencia desatada a la insurgencia que ha enfrentado heroicamente el Estado Terrorista y su guerra sucia durante 50 años. Eso me quedó clarito.
B) El Gobierno de Juan Manuel Santos entiende como FIN DEL CONFLICTO la desmovilización inmediata previa entrega unilateral de armas de parte de las FARC-EP. “Dejación de armas” para el régimen colombiano y sus fuerzas regulares equivale al simple desarme de la parte contraria (FARC-EP) y al paso de sus efectivos a la vida civil-legal sin garantías, quedándose ellos como están y actuando como lo han estado haciendo.
Para las FARC-EP el fin del conflicto es un proceso que debe iniciarse con el cese al fuego bilateral y la firma de un armisticio.
En concreto no se trata de desmovilización ni desarme de las partes, sino de cesación de utilidades bajo el compromiso común de no darle un uso político a las armas, de no emplearlas contra los derechos del pueblo ni en las confrontaciones entre las partes.
Se trata de un proceso progresivo de desmilitarización del Estado y la sociedad, de la apertura de un espacio de luchas políticas y sociales sin confrontación armada, con compromisos firmes y garantías verificables de ambas partes, controles idóneos, cambios institucionales, reformas políticas y sociales sustanciales.
La “dejación de las armas” en la actualidad tiene que ver con su uso, no con su posesión; y compete a todas las partes: al Estado represivo y terrorista, a sus fuerzas paramilitares, y a las fuerzas insurgentes armadas.
Ese tema está crudo.
Relacionado con esta crucial controversia, recientemente el gobierno de Santos envió a la Habana el denominado Comando Estratégico de Transición (integrado por 9 jefes militares); mientras las FARC-EP enviaron el COMANDO GUERRILLERO DE NORMALIZACIÓN, compuesto por un grupo de comandantes que serían encargados de verificar sobre el terreno como las fuerzas regulares restituyen su rol constitucional de defensa de fronteras y desisten de la represión y el terrorismo de Estado.
Trampas y mentiras del Gobierno colombiano
4.-El Gobierno y sus fuerzas militares todavía se resisten al cese al fuego, persisten soterradamente en prolongar y alimentar el para-militarismo, e incluso ponen en práctica políticas, medidas, leyes y decretos que contradicen incluso los acuerdos parciales alcanzados en la MESA de la Habana; lo que siembra incertidumbre e inseguridades y mueve a la desconfianza.
Gobierno y clase dominante, subordinados a políticas imperiales, se aferran al neoliberalismo, al TLC con EEUU y a sus funestas consecuencias en campos y ciudades. Persisten en una estrategia de sometimiento que obstruye acuerdos fundamentales y persigue hablar de cambios sin realmente cambiar nada o casi nada.
5.- Todo esto indica que no es verdad que se esté transitando la “recta final” de los diálogos, que la paz está al doblar la esquina. Faltan bastantes temas delicados y complicados por consensuar y por darle salidas adecuadas y seriamente convenidas. La paz que se festina siempre termina en continuidad de las causas de la guerra y en la guerra misma.
Las FARC entienden que pueden haber acuerdos, pero jamás pretender que se ha luchado tanto para negociar que nada o muy poco cambie. Consideran, además, que acuerdos no es igual a promesas, sino a hechos.
En verdad el gobierno y el bloque dominante calcularon muy mal sobre la real situación de esta poderosa organización político-militar. Que es un ejército popular capaz de convertir reveses en victoria. Que es una organización miliciana, un partido comunista-bolivariano clandestino en campos y ciudades de todo el país. Que es fuente de inspiración de un movimiento bolivariano de mayor amplitud y parte de una formidable confluencia de fuerzas políticas, sociales y culturales que movilizan millones de seres humanos por la paz, la justicia, la democracia verdadera y la soberanía popular y nacional.
Las FARC-EP son ya parte sustancial de la democracia de calles, de la democracia de caminos y campos que se está desplegando por toda Colombia, a falta de democracia institucionalizada. Y algo así jamás puede ser pensado como una fuerza en vía de ser derrotada o proclive a la rendición.
Esa fuerza singular sigue a la ofensiva en la Mesa, en el territorio y en los campos de batalla.
Con ella o se negocia en serio y con intención de cambiar significativamente lo existente, o se sigue peleando.
Esa es mi valoración, reforzada en estos intercambios y enriquecida al observar, apreciar y comprender mejor el extraordinario torrente alternativo y el frente o plataforma común (Movimiento Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Polo Democrático, Comunidades Indígenas, Movimiento Campesino, Juventud, Mujeres, Ambientalistas, Insurgencia…) que se está conformando en los hechos alrededor de la demanda de una nueva ASAMBLEA CONSTITUYENTE, ampliamente incluyente y participativa, resistida tozudamente por los ideólogos y gestores del Estado asesino y anti-democrático vigente en ese país, el cual para desgracia regional se expande bajo tutela USA y a manera sub-imperialismo en zonas cercanas, incluida nuestra República Dominicana.
6.- Pienso, además, que de avanzarse hacia la paz, será obligado traer a colación con más fuerza el tema del cese de la intervención estadounidense, del desmantelamiento de las bases militares, del fin de las asesorías gringas e israelí, de la ingerencia del Pentágono, la CÍA, el MOSSAD, la USAID y la DEA. Fuentes de guerra y de dependencias oprobiosas. Factores de negación de paz y soberanía a vencer sin contemplaciones.
Pienso que en Colombia existe un proceso revolucionario ascendente llamado a impactar positivamente y a reactivar la estancada ola de cambios en Nuestra América.