
Con motivo del aniversario, decenas de marchas fueron convocadas en todo
el país para exigir al gobierno que encuentre a los jóvenes
desaparecidos en septiembre en Iguala (Guerrero, sur), un crimen que el
propio Peña Nieto reconoció este lunes que ha marcado "un antes y un
después" de su presidencia (2012-2018).
En la capital, miles de mexicanos marcharon pacíficamente entre gritos que pedían la renuncia del mandatario.
"Este es uno de los peores gobiernos que ha tenido México", dijo a la
AFP Juan, un obrero de 59 años, entre los cánticos de "Fuera Peña".
"Me pongo en el lugar de esas madres que no saben de sus hijos y es
duro, es difícil, es doloroso. ¡Ya basta!", exclamó Reina Cruz, de 66
años.
Al término del mitin con el que concluyó la marcha ya de noche, decenas
de encapuchados armados con palos y bates de béisbol destrozaron las
fachadas de numerosos comercios, cafeterías y bancos del emblemático
Paseo de la Reforma. También arrojaron algunos cócteles molotov dentro
de los locales e hicieron varias fogatas en las calles.
Centenares de policías antimotines arribaron a la zona y llegaron a
emplear extintores para evitar que manifestantes llegaran a la sede del
Senado. Al menos cuatro manifestantes fueron detenidos, constató la AFP.
- "Ya no le reconocemos" -
Los estudiantes desaparecieron la noche del 26 de septiembre después de
ser atacados por policías de Iguala que presuntamente obedecían órdenes
de su alcalde. Después los agentes entregaron a 43 sobrevivientes a
sicarios del cártel Guerreros Unidos que, según declaraciones de
detenidos, los habrían asesinado e incinerado.
Ante la falta de pruebas científicas, los padres de los jóvenes siguen
defendiendo que están con vida y exigen al gobierno que redoble la
búsqueda.
"No voy a agachar la cabeza. Vamos a buscarlos, vamos a encontrarlos",
dijo en la capital Clemente Rodríguez, cuyo hijo Cristian está entre los
desaparecidos.
"¡No están solos!", clamaron entonces los manifestantes en su apoyo.
Miles de mexicanos más protestaron en otros puntos del país,
especialmente en el convulso estado de Guerrero. En su capital,
Chilpancingo, un grupo de manifestantes saqueó las oficinas de la
fiscalía estatal e incendió cinco vehículos, dos de ellos policiales.
"Nosotros ya no reconocemos como presidente de México a Enrique Peña
Nieto porque no ha resuelto nuestra demanda central de presentación con
vida de nuestros hijos", subrayó Felipe de la Cruz, vocero de las
familias.
Para poder confirmar el asesinato de los estudiantes, la fiscalía ha
enviado algunos restos calcinados que encontró en la zona a un
prestigioso laboratorio de Austria para su identificación.
En la turística ciudad de Oaxaca (sur), unos 1.500 maestros y
estudiantes provistos de palos y piedras bloquearon por cuatro horas los
accesos al aeropuerto causando la suspensión de al menos dos vuelos.
- Fuerte caída de popularidad -
El diario Reforma publicó este lunes una encuesta que indica que la
aprobación de Peña Nieto se redujo entre agosto y finales de noviembre
del 46% al 39%, mientras que otra del diario El Universal señaló una
reducción del 46% al 41%.
Se trata del nivel de popularidad más bajo de un presidente mexicano
desde mediados de la década de los noventa, durante el sexenio de
Ernesto Zedillo (1994-2000), cuando México atravesaba por la crisis
económica conocida como "Efecto Tequila".
El crimen de Iguala, uno de los peores de la historia reciente de
América Latina, ha generado una indignación sin precedentes en el país,
hastiado de años de violencia.
Este mismo lunes, Peña Nieto envió al Congreso un paquete de reformas
constitucionales en materia de seguridad con el que quiere enfrentar la
infiltración del narcotráfico.
Entre las propuestas está el reemplazo de los más de 1.800 cuerpos de
policía municipal por fuerzas únicas de cada uno de los 32 estados y la
autorización a su gobierno para disolver cualquier ayuntamiento cuando
hayan "indicios suficientes" de infiltración."Lo ocurrido en Iguala está
claro que marca un antes y un después (...) Evidenció la debilidad
institucional para hacer frente al crimen organizado, hoy en mayor
número, armas y capacidades de fuerza de las del pasado", dijo el
mandatario durante una entrega de viviendas en el estado de Chiapas
(sureste).El plan de seguridad de Peña Nieto ha generado escepticismo
entre analistas y defensores de Derechos Humanos que creen que resultará
insuficiente para acabar con la corrupción y los abusos de fuerzas de
seguridad que participan en el combate al crimen organizado, en el marco
del cual se han registrado más de 100.000 asesinatos y desapariciones
desde 2006.Peña Nieto, que no se puede presentar a la reelección, había
puesto hasta ahora el foco de su gobierno en sus ambiciosas reformas
económicas. Estas inéditas iniciativas, especialmente la que abrió el
nacionalizado sector petrolero a la inversión privada, le granjearon
grandes reconocimientos en el extranjero.
via:listin diario